Bienvenidas Hermanas Brujas

Este es un espacio creado para poder compartir las potencialidades que nos ofrece "lo divino" al habernos dado el don de nacer en cuerpo de mujer; la capacidad creativa femenina y lo sagrado de nuestros actos cuando surgen de la necesidad y desde el amor a la vida y al universo entero con el que danzamos en armonía.

Nuestro ser cíclico nos une en comunión con los demás ciclos naturales de aquí y de allá, nos hermana con el resto de las mujeres que habitamos juntas este bendito planeta.

Con la humildad de saberme parte del todo y la alegría de sentir el todo en el centro de mi vientre, me doy a ustedes y con vos, comparto lo que llevo adentro.

sábado, 9 de enero de 2010

Cuándo no todo tiene un precio


Sobre el trabajo remunerado me inquieta el análisis que en ocasiones, se hace de las razones de algunas, muchas mujeres para optar a un trabajo de media jornada así como la argumentación que justifica las bonanzas y la conveniencia de la jornada de cuarenta horas semanales.
El mercado laboral sustentado en la economía neoliberal es un monstruo que todo lo engulle y que trata de hacer lo propio con la misma vida y sus ritmos. La medida del trabajo en la economía liberal es exclusivamente el dinero, sin embargo las mujeres somos capaces de encontrar otras medidas a la hora de valorar un puesto de trabajo.
Muchas de nosotras sabemos que el trabajo es un medio que nos ha de facilitar la vida, y que el dinero por sí solo no lo hace. Por lo tanto, la medida del trabajo, más allá de la nómina, es la calidad de las relaciones establecidas en el entorno laboral así como un horario y una distancia física que nos permita compatibilizar el tiempo de trabajo remunerado con el resto de las facetas, amplias y diversas de nuestra vida. Es decir, las mujeres hemos conseguido de manera natural que ni el trabajo remunerado ni el dinero sean el centro de nuestras vidas, el centro de la existencia misma. 
Este es un ejemplo más de la libertad de las mujeres al final del patriarcado que el sistema trata de enfrentar rebajando el precio de la hora trabajada de tal manera que trabajar menos de cuarenta horas semanales dificulta enormemente el llegar a fin de mes. Ante esta estrategia, se alienta a las mujeres a que reclamen su "derecho" a trabajar cuarenta horas semanales facilitando escuelas infantiles y otro tipo de recursos para que nosotras también ejerzamos ese “derecho” y no creamos tener nada que lo ponga en cuestión. 
Creo que si las demandas de las mujeres pusiesen en peligro realmente el status quo del sistema patriarcal y capitalista, no tendrían cabida en el mismo, así que este impulso a la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado a tiempo completo lo intuyo como una “invitación” a la vuelta al redil y como vuelta al redil entiendo, el colocar el dinero en el centro de la misma vida, dinero que en la economía neoliberal es la única medida.

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