Divinas criaturas que llegan a este mundo desordenado, desarmonizado, desconectado de la Fuente.
El deseo del mercado capitalista, de las personas que tienen el lucro como horizonte, modula las necesidades de los seres humanos.
La perversión de disfrazar el beneficio de los sistemas neoliberales de derechos individuales, dificulta aún más la comprensión de lo que está aconteciendo. Desde la razón y desde la lógica de los derechos no se vislumbra lo sencillo.
Sencillamente, observemos con los ojos abiertos, con el corazón abierto. He visto niñas y niños que han llegado al mundo prematuramente por que el estrés de sus madres les hizo desear abandonar el útero antes de tiempo. Veo criaturas creciendo separadas de su origen, de su madre, de su leche, de su alimento físico y emocional. Se sacrifica una necesidad humana fundamental por un deseo fabricado para satisfacer al sistema capitalista.
Disfrazado de discurso social, de conquista de derechos, estamos desvirtuando la naturaleza misma del ser humano. La vista es corta si solo ve derechos ficticios de una generación adulta consumista y desnaturalizada y no ve las necesidades reales de las criaturas humanas de sentirse amadas, porque una institución o una empresa, no ama...
¿En que seres humanos estamos pensando cuando hablamos de "derechos"?, ¿Estamos pensando realmente en seres humanos o en el interés del mercado?
Me esfuerzo en hacer el ejercicio de ver con claridad aquello "que deseo" y aquello "que necesito", una vez vislumbrado las necesidades reales, me voy dando cuenta que para satisfacerlas no necesito trabajar tantas horas lograr tanto dinero, y sí, aumentar el tiempo compartido con aquellas personas que me aman y a las que amo.
Valientes son los seres que eligen venir al mundo en este momento histórico, portan una lección que es urgente que aprendamos sobre la naturaleza del ser humano, solo hay que abrir los ojos y mirarlos.
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